¿Qué ha hecho que pierdas la paz o que te pierdas este 2024? 🤔✨

 

Ah, 2024… un año más en el que probablemente te prometiste a ti misma que ibas a estar zen, imperturbable, cual monje en meditación. Pero aquí estamos, en algún punto entre enero y diciembre, tratando de recordar cuándo fue la última vez que respiraste hondo sin que te interrumpiera el sonido del móvil, la lista interminable de pendientes o tu propio cerebro diciendo: "¡No se te olvide esto!".

Porque seamos honestas: a veces, la paz parece un lujo inalcanzable, como esas vacaciones paradisíacas que siempre quedan en "quizá el próximo año". Y perderte a ti misma... bueno, eso ya es otro nivel. No es como olvidar dónde dejaste las llaves; es más bien como abrir el cajón de tu identidad y encontrarlo vacío, lleno de recibos emocionales y obligaciones acumuladas.

El caos tiene nombre y apellidos

¿Qué te hizo perder la paz este año? Quizá fue esa discusión que empezaste con calma, pero terminaste hablando con las paredes. O el día en que intentaste ser la persona más productiva del universo y acabaste tirada en el sofá pensando que hoy tampoco fue. ¿O tal vez fueron esas expectativas que cargaste como si fueran una maleta llena de piedras y, spoiler, nadie te pidió que la llevaras?

La paz no se pierde de golpe, como si te la hubieran robado. Más bien se va escapando poco a poco: en los "sí" que diste cuando querías decir "no", en las noches en las que preferiste scroll infinito en Instagram en lugar de dormir, y en ese caos mental que te hace sentir que siempre estás llegando tarde a todo, incluso a tu propia vida.

¿Y reencontrarte? Bueno, esa es otra historia

El gran misterio de este 2024: ¿dónde estás tú en medio de todo? Te voy a dar una pista: no estás en esa lista interminable de cosas por hacer. Tampoco estás en las opiniones de los demás, ni en los mensajes de WhatsApp que no contestaste. Estás ahí, justo en los momentos que te devuelven la risa sin esfuerzo, en las pequeñas cosas que te recuerdan que la vida no es solo trabajo, prisas y preocupaciones.

Reencontrarte no es un evento épico con fuegos artificiales. Es un café caliente que te tomas sin apuro, una caminata al ritmo de tus pensamientos, o un “hoy me importa más mi tranquilidad que cualquier otra cosa”.

2024 aún tiene espacio para ti

No importa si el año empezó como una montaña rusa emocional o si sientes que la paz decidió tomarse unas vacaciones sin ti. Este 2024 todavía tiene días, semanas y momentos esperando a que digas: basta. A que pongas tus prioridades en su lugar, empezando por ti misma.

Así que, ¿qué tal si hacemos un trato? Hagamos una pausa. Reconozcamos qué nos robó la paz y qué nos hizo perdernos. Y luego decidamos, juntas, que no hay excusa lo suficientemente grande para no priorizarnos. Porque la paz, la risa y tu bienestar no son negociables.

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